También se destina el dinero de un crédito rural para el sector de minería, artesanías, transformación de metales, turismo ecológico o rural y piedras preciosas, incluyendo por supuesto su comercialización y mercadeo.

Para garantizar el desarrollo colombiano en el ámbito rural es necesario desarrollar ciertos instrumentos crediticios y financieros que cubran las necesidades de los microempresarios rurales, y que de igual manera resulten rentables y sostenibles para la banca.

FINAGRO, fondo para el financiamiento del sector agropecuario, ofrece una línea de crédito rural destinado a brindar recursos a través de intermediarios financieros. El principal objetivo es fomentar el desarrollo de proyectos agropecuarios dentro del sector rural y agropecuario para destinar dinero al crecimiento del Capital de Trabajo, Inversión y Normalización de Cartera.

Cuando se habla de capital de trabajo, se habla de la financiación de costos concernientes al producto y su transformación o comercialización. Este crédito rural se puede otorgar en montos y plazos fijos en los cuadros 1.2 y 1.3 del capítulo I del Manual de Servicios de Finagro.

Las actividades que un crédito rural puede financiar son: producción agrícola, sostenimiento de la producción agropecuaria, transformación primaria y comercialización de bienes de origen agropecuario, servicios de apoyo a la producción agropecuaria, bono de prenda y actividades rurales.

En cuanto a la inversión, las actividades que un crédito rural financian tienen que ver con plantación y mantenimiento, compra de animales y retención de vientres, compra o reparación de maquinaria y equipo, adecuación o compra de tierras, infraestructura para la producción agropecuaria, acuícola y de pesca, como así también para la transformación primaria y comercialización o la infraestructura de servicios de apoyo a la producción.

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