La experiencia colombiana se caracteriza ante todo por contar con el Estado como principal promotor del financiamiento para el sector rural. Ante esto, obtiene recursos del sector privado a través de la inversión de los miembros del sistema financiero El dinero que se obtiene del sector privado es desembolsado como parte del préstamo rural que pretende fomentar el sector agropecuario.
El préstamo rural puede estar dirigido a pequeños agricultores, o a medianos y grandes productores. Los créditos a los pequeños productores significan menores tasas de interés que los que se conceden a los medianos productores.
El incentivo a la capitalización rural (ICR) es el subsidio económico que el Estado colombiano pone a disposición, de manera directa, para los productores agropecuarios. El foco del préstamo rural está puesto en la modernización de la actividad y las mejoras en las condiciones de productividad, sostenibilidad y competitividad, como así también en la reducción de los riesgos. El ICR puede financiar hasta un límite porcentual del valor de la inversión y el número siempre depende de las normas vigentes.
El financiamiento del ICR procede del presupuesto de la nación colombiana, aunque a partir del año 2002, debido al déficit fiscal, se financia con un porcentaje de las utilidades brutas de Finagro, el fondo para el financiamiento del Sector Agropecuario. Por consiguiente, no quedan dudas cuando Finagro establece como propia misión la de ser la institución financiera líder en la gestión del desarrollo rural colombiano con clase mundial.