El préstamo para carro permite recibir dinero que no se tiene y aplicar un interés a la deuda que se contrae. Nunca debe perderse de vista que un crédito siempre es una deuda. Antes de contraerla y asumir el compromiso de devolución, es importante analizar la forma en la cual influirá la carga en el bolsillo del cliente.
Ante todo, es importante decidir el monto que se pedirá a través del préstamo para carro. Pedir más de lo necesario puede significar una mayor deuda final; pedir menos puede resultar en la necesidad de realizar un nuevo pedido de préstamo en el corto o mediano plazo. Pedir lo justo es lo más recomendado.
Simular el crédito que se desembolsará luego de la solicitud y aceptación de un préstamo para carro, es clave. Por lo general, las páginas web de cada banco o entidad financiera cuentan con una herramienta que sirve de simulador de crédito. Es una manera fácil y rápida de calcular el peso de la cuota mensual, según las condiciones del préstamo. Es posible saber el monto final que se pagará y, por consiguiente, el incremento que habrá en la deuda, a partir del dinero que se recibe.
Una vez que se sabe cuánto se pagará en total y de cuánto será la cuota mensual que cancele el préstamo para carro, se aconseja calcular el porcentaje de los ingresos del solicitante que ocupará la cuota. De superar el 30%, se recomienda actuar con precaución y analizar si será posible afrontar el gasto cada mes. Por lo general, la relación entre cuota e ingresos altera la economía doméstica del cliente una vez que supera el 30 o 35%.